"(...) Luci, reciente viuda, que tras veinte
años casada con Carlos, el único hombre de su vida, descubre que
éste fue un tenaz infiel (su presencia en plan fantasma
incordiante, presunto regalador de gags, es un recurso
extraído de Doña Flor y sus dos maridos, Bruno Barreto,
1976)". [Ramon Freixas - Dirigido Por]
"Coherent amb ell mateix, Oristrell fa del seu
debut darrere les càmeres una prolongació visual de l'estil dels
seus guions. No hi ha ambigüitat possible darrera d'una fòrmula
que ha funcionat comercialment i que ¿De qué se ríen las
mujeres? desenvolupa en la mateixa direcció. No és
Almodóvar ni Blake Edwards allò que aquest films reivindica:
àngels de la guàrdia de les presències de la comèdia espanyola,
les Tres Gràcies d'Oristrell ressusciten l'inoblidable
protagonista d'El abominable hombre de la Costa del Sol,
per traslladar als nostres dies l'esperit incorrupte de Juanjo
Menéndez." [Esteve Riambau - Avui]
"El millor del film són les actuacions de les
tres protagonistes (Forqué, Peña i Adriana Ozores), així com les
aparicions d'actors com Jorge Sanz i Jordi Bosch." [Eduardo
de Vicente - El Periódico]
"Divertida y tierna,
destaca por la galería de personajes hilvanados a golpe de humor
y amargura, siempre tratados con cariño: la viuda que despierta
al amor, la actriz con anemia de cariño, la descocada colgada de
gorditos casados, el galán que se resiste a envejecer, incluso
el marido muerto empeñado en guiar a su esposa, aunque sea en
espíritu, por el camino de la liberación..." [A. A. -
Cinemanía]
"Al que no son inferiores, por descontado, los
(trabajos) de Jorge Sanz, Ángel de Andrés López, Jordi Bosch o
François-Eric Gendron..." [Cesar Santos Fondevila: ABC,
04/03/97]
"Benidorm, una estética hortera y efímera, el
pendoneo nocturno, todo ello en dura pugna con lo que constituye
la esencia íntima –la educación, las aspiraciones- de cada una
de ella, son el envoltorio del filme, y su guía, una situación
ya explotada por Jorge Amado en la escritura, y por Bruno
Barreto en el cine, en Doña Flor y sus dos maridos (y
por Robert Mulligan en un mediocre remake
norteamericano): el esposo muerto en accidente de la Forqué, que
cultivó en vida una más que agitada coexistencia con
innumerables amantes, y que sólo se le aparece a ella para
recordarle sus limitaciones como ligona descocada. Con estos
elementos, y alguno más, Oristrell y sus compinches habituales
–Gómez Pereira, Iborra, García Serrano- intentan un producto
desenfrenado, muy volcado hacia el gag oral, en buena lógica de
guionista; pero con debilidades que lo son tanto de escritor com
de metteur en scène. La operación no termina de
funcionar satisfactoriamente, bien sea porque realmente,
controlar el ritmo de una comedia es un trabajo complejo, no
siempre al alcance de un debutante; bien porqué el texto de
partida no daba mucho de sí. Pero lo cierto es que la película
hace aguas, y sólo algunos momentos de inspiración de Forqué, el
oficio de una recuperada Adriana Ozores y ciertos golpes de
ingenio verdaderamente brillantes la salvan parcialmente." [M.
Torreiro: Fotogramas - 12/03/97]