UNA ELECCIÓN POCO AFORTUNADA [Joan
de Sagarra: La Vanguardia, 03/07/81] (< estrena
al Grec'81)
El Collectiu Ignasi Iglésias presenta en los
jardines de la Casa de Caritat —del 30 de junio al 4 de agosto—
"El criat de dos amos", de Goldonl, traducción de Joan Oliver y
adaptación de Joaquim Cardona. El Col·lectiu está formado por
Lourdes Barba, Montserrat Calsapeu, Rosa Morata, Francesc
Lucchetti, Boris Ruiz, Josep Madern, Josep Sais y Quico Romeu.
La dirección la firma Alfred Lucchetti.
Ignoro los criterios que habrán seguido los miembros del comité
seleccionador del Grec 81 para incluir este espectáculo en la
presente programación. Los ignoro y confieso que me agradaría
conocerlos. Porque, francamente, me sorprende —como supongo
sorprenderá y desorientará al público potencial del Grec— el que
luego de ver un espectáculo, "Lucelle", en el que se planteaba
de una manera crítica, imaginativa, la posteridad, inmnediata y
no tan inmediata, de la Comedia dell’Arte, se nos proponga otro,
"El criat de dos amos", que viene a ser la imagen negativa de
«Lucelle»: todo lo que hay de originalidad, de malicia, de
poesía y de planteamiento crítico en este espectáculo ha
desaparecido en "El criat de dos amos".
Pienso que "El criat de dos amos" ha sido elegido por el
Col·lectiu Ignasi Igléslas sin otra intención que la de mostrar
un espectáculo divertido, que haga pasar un rato agradable a un
público lo más mayoritario posible. Y tal vez lo consigan, a
pesar de ciertos errores, algunos notables. Como la escasa
credibilidad de Lourdes Barba en el intento de hacerse pasar por
el hermano de Beatriu. Para colmo, su supuesta prometida,
Clarissa, y su cortejador, Silvi, parecen, al lado de Beatriu,
los gigantes de la ciudad. Cada "tipo" va por su lado; los más,
exageran, sin razón, la farsa, y sólo parecen interpretar un
mismo espectáculo en los »cuadros» cuando se encienden y apagan
las luces. No se puede decir que el trabajo no tenga ritmo, al
contrario, pero por desgracia hay momentos, demasiados, en lo
que se oye mucho mejor el ruido que hacen los calzados al
recorrer el tablado de la farsa que las mismas palabras de los
actores.
Sinceramente, no creo que esas honestas y respetables
intenciones del Col·lectiu, sumadas a los pobres resultados
obtenidos, sean suficientes como para programar este espectáculo
en el Grec. Es poca cosa, muy poca cosa, y más si se tiene en
cuenta el currículum y los méritos, innegables, de algunos de
sus intérpretes.
Al margen de ese triste Goldoni que presencié la noche del
miércoles en compañía de unes treinta personas, es de justicia
señalar que esos "jardines" de la Casa de Caritat son una buena
elección. Si en vez de las mortificantes sillas de pinza, los
señores del Ayuntamiento nos facilitasen unos asientos más
cómodos, estoy convencido de que podríamos pasar unas buenas
veladas en ese rincón sin ruidos, sin la humedad del Grec,
rodeados de cuatro hermosos plátanos y viendo, eso sí, un mejor
teatro".