CARLES
REIG O LA LÒGICA DEL NAVEGANT SOLITARI: "De moment, cal
dir que la bona feina d'uns actors i d'unes actrius, la força
del grotesc dramàtic d'algunes situacions i diàlegs (...), el
sarcasme d'una simbologia apolítica com l'escena final de la
platja, ens fan creure en les possibilitats reals d'una
visualització de les propostes més heterodoxes de Reig".
[Joan-Anton Benach: L'Hora, març 1979]
ESTRENO DE «TRAVESSA-DESERTS», DE CARLES REIG [J.
L. Corbert: La Vanguardia – 09/03/79]
Alrededor del estreno de «Travessa-deserts» de
Carles Reig, se planteó una serie de problemas, debido a que la
directiva del Centre Catòlic de Sant Andreu, sede del Teatre
Nord de la Ciutat., se negó a que la obra que montaba una de las
dos formaciones instaladas habitualmente ahí, el Col·lectiu
Ignasi lglesias, fuera presentada en aquel local.
Según se informó entonces la causa de esa negativa era que se
consideraba que el contenido de la obra estaba en contraposición
con los planteamientos de una sociedad católica. Y aquello que
se consideró como una acción de censura proteccionista, nos
parece lo más lógico, después de haber asistido a parte de la
representación de entreno en la nueva sala buscada para dar a
conocer «Travessa-deserts», el cabaret «Cúpula de Venus»
instalado en la parte final de las Ramblas.
Ya que este Travessa-deserts, del leridano Carles Reig, plantea
su problemática social a través de un tratamiento totalmente
demoledor de las convencionales fórmulas de convivencia,
utilizando para ello los términos y las frases más
groseras que tuvo al alcance de la mano. Fórmulas y frases
subrayadas por el tratamiento escénico que Santiago Sans ha dado
a la obra, para la que no ahorre ningún tipo de expresión
visual, aun cuando recurra todavía a una fórmula caricaturesca
para evitar un exhibicionismo que está implícito en todo momento
en el texto.
Esta extremosidad que entra de lleno en el campo de lo
escatológico, y la evidente incomodidad que supone la adaptación
de un local pensado para cabaret hasta convertirlo en teatro a
la italiana junto a otras circunstancias negativas, entre las
que cabe destacar por encima de todo la extensión de un texto
que tiene algunos momentos realmente brillantes de construcción,
de fuerza dramática y de dibujo de personajes, pero que a la
fuerza tiene que caer en lo reiterativo, hicieron que el
comentarista considerara por encima de sus propias fuerzas el
seguir sufriendo el desarrollo de acción, cuya segunda parte no
añadía, libro en mano, más que otra serie de consecuencias
directas de esa dinamitación de las fórmulas sociales
accidentales, a través de una serie de nuevos ataques a la moral
convencional, tal vez hipócrita pero con un tono de buen poste,
que tiene todavía el medio en que vivirnos, y que evidentemente
no contempla, ni reverencia, Carles Reig y su
«Travessa-deserts».
El condicionado público que asistió el estreno aceptó como buena
la representación, aunque no demostró excesivo entusiasmo por la
labor de los integrantes de ese TNC, una labor por otra parte
esforzada y difícil, y a la que puso orden, concierto y desmadre
Santiago Sans. Cuya intención evidente era provocar asco y
náusea en el público asistente, y a fe que lo consiguió con
plenitud.
EL TRAVESSA-DESERTS [Gonzalo Pérez de
Olaguer: El Periódico, 10/03/79]
El texto de Caries Reig, ahora estrenado -no
fue posible durante la censura oficial- tiene un evidente
carácter feminista y, en algunos pasajes, claramente
antimachista. Sin embargo, al menos tal y como está
verticalizado, aparece fuertemente desequilibrado con zonas de
total insulsez que perjudican la globalidad del producto.
El montaje clarifica tres partes de la propuesta. Una primera en
la que se indica cómo desde tiempos ancestrales la situación de
la mujer era ya represiva; una segunda que presenta momentos de
la concienzación; y una tercera que parece querer proponer
algunas soluciones al tema. Reig utiliza un lenguaje realista
que el montaje de Sans dobla en ocasiones llevándolo por
terrenos de lo guiñolesco. El discurso del autor carece, en
consecuencia y a mi juicio, de una línea definida.
Evidentemente Travessa-deserts se concreta como un texto
denunciador de una larga y penosa realidad y estaría en la línea
de los diversos productos tendentes a concienciar.
Pero desde el punto de vista dramático, de construcción
dramática, la obra deja bastante que desear y parece pedir a
gritos una profunda revisión. El problema pasa porque su larga
duración no supone un beneficio sino una rémora cara a los
resultados finales: el discurso se hace reiterativo, las ideas
se alargan en su exposición y el espectador tiene fuertes
opciones para entrar en momentos de desconexión con la
propuesta.
De alguna manera un correcto trabajo actoral del Col.lectiu
«Ignasi Iglesias», ofrece cierta alegría escénica (sobre todo en
algunas escenas), y la buena utilización de las máscaras son
factores que juegan a favor de este espectáculo.